Guía estacional para cuidar la pintura de tu casa
 
                                                                    
                                La verdad es que muchas veces olvidamos que la pintura de nuestra vivienda no solo es decorativa; también nos protege, resiste y envejece con nosotros. Por eso, dedicarle un poco de atención en cada una de las estaciones puede marcar la diferencia.
Hoy queremos enseñarte qué hacer en primavera, verano, otoño e invierno —tanto en paredes interiores como exteriores— porque, además de utilizar las pinturas que te recomendamos para cada superficie, un buen mantenimiento puede ser la clave.
Invierno: el momento de estar alerta
Paredes interiores
Con el frío entrando y las ventanas casi siempre cerradas, la condensación puede jugar en contra: marcas de humedad, moho ligero o sensación de “pared mojada”.
El mejor remedio es ventilar un poco cada día para regular la condensación de agua, además de revisar antes del frío intenso las zonas cercanas a ventanas o balcones para sellar posibles fisuras que favorezcan la desregulación de la temperatura.
Si conoces este problema, te recomendamos la pintura anticondensación .
Exterior de tu casa
Mantener en buen estado la pintura exterior durante el invierno es más complicado… las fachadas sufren.
Como apuntan los expertos, la humedad constante y la radiación ultravioleta debilitan la pintura exterior, haciendo que pierda color o se formen burbujas.
Por eso, te recomendamos utilizar siempre un buen revestimiento de fachadas adecuado a la superficie de tu pared: te ahorrará sustos y evitará la aparición de zonas oscuras o vegetación.
Primavera: renovación y limpieza ligera
Cuidar de las paredes interiores
Más luz, más ventilación, más actividad… es un momento perfecto para una puesta a punto.
Pasa un paño húmedo por las paredes, elimina manchas leves acumuladas durante el invierno y evalúa si alguna habitación necesita un toque de pintura.
Una limpieza suave prolonga la vida de tu pared. Utiliza pinturas lavables y, si tienes que pintar alguna zona, recuerda elegir el color con calma, sin prisa.
Consulta nuestro sistema tintométrico y verás que las posibilidades son prácticamente infinitas.
Paredes exteriores en primavera
Aprovecha para darle una buena limpieza a tu fachada: utiliza agua a presión a plena luz del día y elimina restos de polvo y vegetales.
Revisa bien las juntas, borra marcas de humedad del invierno y tendrás una pared lista para el verano.
Verano: calor, luz intensa… y algunos cuidados extra
Las paredes interiores de tu casa en verano
El sol no solo eleva las temperaturas: también, aunque de forma menos visible que la humedad, puede deteriorar la pintura de tus paredes interiores, provocando desgaste por temperatura o exposición directa.
Si notas algún desperfecto y quieres retocar alguna zona, te recomendamos hacerlo en las horas más frescas, sin olvidar la ventilación. ¡Te facilitará mucho el trabajo de pintar en verano!
Las fachadas de casa en verano
Sol directo, rayos UV y fachadas que “respiran” calor todo el día… Lo que se traduce en sufrimiento para tus paredes.
Nuestras pinturas exteriores están preparadas para temperaturas extremas, pero en esta época del año, con tanta exposición solar, tendrás que estar pendiente —sobre todo en las zonas más expuestas— para darles un repaso, bien ahora o cuando bajen las temperaturas.
Otoño: preparación para el invierno que viene
Interior
Es buen momento para revisar las zonas que más han sufrido: alrededor de ventanas, puertas y techos.
Como comentábamos en invierno, trata de tapar pequeños desperfectos o fisuras. También es un buen momento para retocar con calma o incluso pintar alguna habitación, preparando el hogar para la temporada de descanso.
Exterior
Toca limpieza profunda de paredes exteriores, inspección y, si puedes, aplicar un sellador o recubrimiento de protección.
Eso te dará un “colchón” extra frente al frío que se avecina. Echa un vistazo a canalones, bajantes y zonas de aleros… ¡que no quede nada olvidado!
Consejos adicionales para cualquier época del año
 
- Haz una inspección ligera al menos una vez al año, buscando pérdidas o cambios de color, tanto en paredes exteriores como interiores: descascarillados o humedades.
- Con cierta frecuencia, pasa un paño suave por las paredes interiores; y por fuera, utiliza una manguera a presión moderada. Así eliminarás rápidamente la suciedad superficial acumulada.
- Arregla las pequeñas fisuras, desconchones o grietas en cuanto las detectes: más vale antes que después.
La clave está en entender que la pintura de tus paredes, como la casa en la que la aplicas, es algo vivo. Déjate asesorar por nuestros expertos en pintura: cuéntanos las características de tu casa, la superficie que quieres pintar y te ayudaremos a encontrar la mejor pintura para ti.
 
                                                             
                                                             
                                                             
                                                            