Una vida dedicada al color: entrevista a Javier Cristóbal, pintor de Binéfar recién jubilado
En Pinturas Lepanto tenemos el privilegio de estar cerca de quienes dan vida a nuestro trabajo: los profesionales de la pintura. Hoy conversamos con Javier Cristóbal, un pintor muy querido en Binéfar que, tras 43 años de oficio, se despide de una profesión que ha marcado su vida y la de tantas personas cuyos hogares ha transformado con su buen hacer. En esta entrevista repasamos su trayectoria, sus aprendizajes y la pasión por un oficio que, como él mismo dice, “se aprende a querer”.
Para empezar, cuéntanos un poco sobre ti Javier. ¿Cuántos años te has dedicado al oficio de pintor?
Javier: 43 años llevo pintando.
¿Y qué te llevó a elegir la pintura como tu profesión?
Javier: Mi padre ya era pintor y los veranos cuando estudiaba, en vacaciones, me iba con él. Yo creo que es por eso.
Durante la entrevista Javier nos explicó que ya su bisabuelo fue pintor y ha sido una profesión que se ha hereado de generación en generación y muestra de ello son las siguiente tarjetas de presentación:
A lo largo de tu carrera, ¿cuál dirías que ha sido es el tipo de proyecto más habitual en el que has trabajado?
Javier: Siempre he trabajado para particular.
¿Y si tuvieras que elegir un proyecto o una obra de la que te sientas especialmente orgulloso cuál sería?
Javier: De todo lo que he hecho. He tocado tantos “pitos”, que de todo estoy orgulloso la verdad.
Y durante 43 años cómo dirías que ha cambiado el oficio de pintor desde que comenzaste hasta ahora.
Javier: Uf, ha cambiado mucho. Antiguamente cuando yo empecé te decían “píntame con pintura de la que no deja” eso era el temple, ahora con temple prácticamente no haces nada. Los colorantes eran en polvo. Si hacías colores y te quedabas a medias tenías que sacar el color igual a ojo. Ha cambiado un montón.
¿En tu día a día cuales han sido las herramientas o materiales que consideras indispensables para lograr un acabado profesional y duradero?
Javier: Tienes que usar herramientas profesionales y pintura de calidad para que quede bien.
¿Cuál es el error más común que cometen los pintores novatos o los particulares poco experimentados?
Javier: El tiempo. Ahora se va muy rápido y el tiempo se valora mucho. En algunas ocasiones sólo dan una mano para adelantar más.
Según tu experiencia, has trabajado con diferentes pinturas, ¿qué importancia le das a la calidad del material?
Javier: Mucha, la tiene toda. Cuando compras un material de calidad, el coste quizás sea mayor pero luego se ahorra en rendimiento y sobre todo se nota mucho en el acabado.
¿Recuerdas alguna anécdota?
Javier: Anécdotas hay 100.000. Una vez en Tamarite, acabé un trabajo y me vine para Binéfar. De camino sonó el teléfono y pensé que me habría dejado alguna escalera u otra herramienta. Y me dijo oye Javier, cuando quieras ya puedes volver porque mientras tú te ibas mi nieta ha aprovechado para pintar en la pared, la veía tan blanca y tan bonita, que la ha pintado toda.
La jubilación ya está aquí, ¿con qué sentimientos afrontas esta nueva etapa?
Javier: La verdad, me ha costado dejar la profesión, pero ahora tengo dos nietos y me he querido jubilar para poder pasar más tiempo con ellos.
¿Qué es lo que más vas a echar de menos en tu día a día?
Javier: La gente. Yo estoy muy contento con la gente que he trabajo. He hecho amigos.
Para aquellos jóvenes que están considerando dedicarse a la pintura profesional, ¿qué consejo les darías para tener éxito en su oficio?
Javier: Lo primero, tienen que ser muy discretos, la gente te deja sus llaves y entras en una casa que no es tuya y te pueden salir mil sorpresas.
Segundo, tienes que estar siempre a la última: cursillos, nuevos materiales…
Tercero, tienes que hacerlo cómo si trabajaras para ti.
La primera vez que fui a una casa, mi padre me dijo: aquí ver y callar.
Ahora en la jubilación, ¿mantendrás en tu vida particular el contacto con la pintura?
Javier: Si, en mi casa por supuesto, mientras pueda lo haré yo.
Para terminar, ¿qué ha significado para ti haber dedicado tu vida a poner color en los hogares y edificios de la gente?
Este oficio a mí me ha gustado mucho, es muy bonito. Vas a una casa recién hecha, que está patas arriba, llegas tú y lo dejas todo nuevo. Tú eres el que terminas. Es un oficio que se aprende a querer.
Desde Pinturas Lepanto queremos agradecere a Javier su tiempo, su cercanía y, sobre todo, la confianza que ha depositado en nosotros durante toda su vida laboral. Ha sido un honor acompañarle con los materiales que un profesional de su talla merece.
Le deseamos una jubilación llena de momentos felices junto a su familia… y, por supuesto, con el color que nunca dejará de formar parte de su día a día.