Cómo pintar superficies metálicas | Consejos prácticos

Por qué pintar metal no es tan simple como parece
Pintar una superficie metálica parece sencillo... hasta que lo intentas por primera vez y descubres que la pintura no agarra, se descascarilla con el primer roce o empieza a oxidarse a las pocas semanas. Y es que, aunque el metal transmite una sensación de fortaleza y solidez, en realidad es un material que exige una preparación cuidadosa y productos específicos para asegurar un resultado que no solo se vea bien, sino que dure.
Pintar metal un reto técnico
La verdad es que pintar metal tiene algo de reto técnico y también un punto de satisfacción personal.
Ya sea una verja de jardín, una barandilla, una puerta de garaje o una estructura metálica industrial, el objetivo es el mismo: proteger el metal de la oxidación y lograr una superficie estéticamente impecable.
La clave para pintar metal está en la preparación
Para conseguirlo, la preparación previa es esencial. Eliminar el óxido, lijar la superficie y desengrasarla no es negociable. Incluso aunque a simple vista parezca limpia, el polvo y los restos de grasa pueden arruinar la adherencia. En este paso, una buena imprimación antioxidante hace toda la diferencia. En Pinturas Lepanto recomendamos la Imprimación Sintética Antioxidante SR,que seca súper rápido, cubre muy bien y protege genial contra la corrosión. Perfecta para cuidar todo tipo de superficies metálicas.
Elegir el esmalte adecuado
Una vez preparado el soporte, llega el momento de elegir el esmalte. Y aquí hay muchas opciones, pero no todas sirven para todos los casos. Si se busca un acabado con brillo, resistente al desgaste diario y que mantenga el color con el paso del tiempo, el Esmalte Sintético Brillante es una apuesta segura. Cubre bien, se aplica con facilidad y tiene una durabilidad excelente incluso en exteriores.
Capas finas y tiempos justos
Algo que muchas personas preguntan es: ¿cuántas capas necesito para pintar metal? Y la respuesta no siempre es la misma, pero en general, dos manos de esmalte, respetando los tiempos de secado, garantizan un acabado homogéneo y duradero. Un truco que marca la diferencia es aplicar capas finas en lugar de una gruesa, aunque eso signifique un poco más de trabajo.
Además, si quieres mejorar la adherencia y facilitar la aplicación, especialmente en estructuras complejas, puedes usar el disolvente de Lepanto para diluir ligeramente el esmalte. Esto ayuda a que se reparta mejor y no deje marcas.
En definitiva, si te preguntabas "¿cómo pintar superficies metálicas sin que se estropee a las semanas?", la clave está en elegir bien los productos, respetar cada paso y tener un poco de paciencia. Cuando ves esa verja renovada, esa puerta con brillo nuevo o esa estructura lista para enfrentarse al tiempo... sí, vale la pena. Y con los productos adecuados, no necesitas ser un experto para conseguir un resultado que lo parezca.