Cómo transformar tus muebles con pintura

Cambiar la decoración de tu hogar no es sinónimo de caro. A veces basta con un poco de pintura e imaginación para transformar los ambientes de tu casa. Hoy en Pinturas Lepanto te enseñamos cómo tus muebles pueden lucir un aspecto envejecido pero a la vez bohemio, rústico, vintage o romántico que le darán un nuevo aire a tu estancia.
Los materiales que necesitaras para la técnica:
- Pintura de dos colores diferentes.
- Brochas
- Lija fina
- Imprimación.
Te recomendamos que para la imprimación utilices nuestra Selladora sintética, especial para superficies porosas de madera y yeso; y como pintura, nuestro Nodisol Esmalte, un esmalte acrílico al agua de acabado brillante, mate o satinado, indicado para la protección y decoración de madera.
Sillas, cómodas, mesas. Lo primero de todo elige el mueble que deseas transformar. Si el mueble tiene muchas curvas y recovecos, este tipo de acabado te dará mucho juego a la hora de lijar. Las líneas rectas también tendrán un efecto interesante pero con menos desgaste. Por último, limpia el polvo del mueble y líjalo ligeramente.
Imprimar. Antes de pintar, deberéis darle una base de imprimación para que selle los poros de la madera y mejorar la adherencia. Así conseguiréis un acabado perfecto con un mínimo número de capas. Podéis consultar nuestra entrada sobre cómo elegir y aplicar una imprimación.
Aplicar la pintura base. Ahora es el turno de pintar. Debes elegir el color de pintura que aplicarás como primera capa base y que será la que se descubra al decapar el mueble.
Si pintas con un tono solo, al lijar se verá el color del mueble original. Sin embargo, si optas por dos tonos uno sobre otro, al lijar la capa más superficial se verá el color pintado debajo. En este último caso, en Pinturas lepanto os recomendamos apostar por un color oscuro y otro más claro que ayude a contrastar con el de la pintura base. ¡Tú elijes! Aplica dos capas de pintura base y respeta el tiempo de secado entre una y otra. Haz lo mismo con el color secundario.
Lijar. Quizás sea la parte más divertida. Una vez que la pintura esté totalmente seca y con la ayuda de una lija fina comienza a desgastar los salientes. Lija con difierente presión en los ángulos o curvas para que el resultado sea un envejecido más natural. Asimismo, recuerda que cuantas más capas de pinturas hayas aplicado, más tendrás que lijar para que se note el desgaste.
Frotar la cera. Para terminar, limpia aquello que se haya desprendido del lijado y termina el proceso con la aplicación de una capa de cera que proteja la técnica. Aplícala siempre en movimientos circulares y lentamente para que quede uniforme. Ahora solo queda que tu nuevo mueble se seque. Sencillo ¿verdad?